Cavadoras

El trabajo «mecánico» realizado por la Cavadora reproduce exactamente el trabajo «manual», es decir: penetración en el suelo, desgarro y lanzamiento.

La Cavadora es ideal para cultivos en campos de hortalizas, invernaderos, viveros, olivares y viñedos.

La Cavadora no provoca la formación de una suela lisa, compacta e impermeable (que suele dejar el arado «clásico»). Al contrario, la Cavadora deja el suelo roto, oxigenado y perfectamente drenado.

El abono, tanto orgánico como químico, se mezcla completamente con el suelo, aumentando así su fertilidad.

La Cavadora puede trabajar en suelos muy húmedos o mojados, incluso cuando el agua cubre la superficie. Es igualmente perfecta en suelos secos y duros, ya que deja terrones mucho más pequeños que los que deja el arado clásico, facilitando así el afinamiento y la preparación del lecho de siembra siguientes.

Además, la Cavadora no requiere ningún esfuerzo de tracción por parte del tractor, reduciendo así significativamente el consumo de combustible, de neumáticos y del tractor mismo.